El amianto es el nombre genérico que recibe un mineral fibroso del grupo de minerales metamórficos relacionado con los silicatos. Estos minerales tienen propiedades físicas y químicas únicas que los hacen resistentes al calor, al fuego y a la corrosión. Debido a estas características, el amianto ha sido utilizado en numerosas industrias y aplicaciones a lo largo de la historia.
En la construcción, ha sido un material utilizado para fabricar tuberías, tejados, paneles y aislamientos térmicos. A su vez, también se ha empleado en la fabricación de productos de consumo, como frenos de automóviles, textiles, papel y plásticos.
Tipos de amianto
Una vez hemos definido en qué consiste el amianto, vamos a identificar la tipología existente:
- Crisotilo (Serpentinita): Es el tipo más común y ampliamente utilizado. Es de color blanco.
- Crocidolita (Riebeckita): Es un tipo de amianto anfibólico de color azul.
- Amosita (Grunerita): Otro tipo de amianto anfibólico que tiene un color marrón oscuro.
- Tremolita (Tremolita-actinolita): Es un tipo de amianto anfibólico que puede encontrarse en forma de fibras largas y delgadas.
Actinolita (Actinolita-tremolita): Otro tipo de amianto anfibólico que puede encontrarse en forma de fibras largas y rectas.
¿Por qué es peligroso el amianto?
La exposición al amianto puede tener graves consecuencias para la salud. Si las fibras de amianto son inhaladas o ingeridas, pueden causar enfermedades respiratorias e incluso cáncer.
Algunas de las enfermedades relacionadas con el amianto abarcan desde el mesotelioma, la asbestosis y el cáncer de pulmón. La exposición prolongada al amianto aumenta el riesgo de desarrollar estas enfermedades, y los efectos pueden tardar años o décadas en manifestarse.
El amianto es peligroso en situaciones en las que las fibras pueden ser liberadas al aire y posteriormente inhaladas o ingeridas por las personas. Estas situaciones de riesgo incluyen:
- Manipulación inadecuada: Cuando los materiales que contienen amianto son manipulados o removidos de forma incorrecta, las fibras de amianto pueden desprenderse y dispersarse en el aire. Por ejemplo, al realizar trabajos de demolición, renovación o reparación en edificios que contienen amianto sin seguir los procedimientos adecuados de control y seguridad.
- Deterioro o daño de materiales que contienen amianto: Si los materiales que contienen amianto se encuentran en mal estado, dañados o desgastados, es más probable que las fibras de amianto se liberen al ambiente. El envejecimiento, la vibración, la humedad o el mal mantenimiento pueden contribuir al deterioro de estos materiales.
- Exposición ocupacional: Las personas que trabajan en industrias donde se utiliza o se ha utilizado amianto, como la construcción, la minería, la fabricación de productos con amianto, entre otros, corren un mayor riesgo de exposición a las fibras de amianto si no se toman las medidas adecuadas de protección y control.
Sobre el amianto
En diciembre de 2001, España se adelantaba al plazo máximo previsto por la UE y prohibía la comercialización y el uso del amianto blanco, el único tipo que todavía seguía siendo utilizado. Las variedades más perjudiciales para la salud, el amianto azul y el amianto marrón, fueron prohibidas en nuestro país en 1984 y 1993, respectivamente.
Aún sigue existiendo amianto en construcciones y elementos anteriores a la prohibición. Durante la primera fase de utilización de amianto (1947 y 1985), estos eran los sectores en los que más se empleaba en España:
Cómo se clasifica el amianto según su peligrosidad
La clasificación del amianto como friable o no friable depende de su forma y cómo está unido a otros materiales. A continuación se detalla qué tipos de amianto se consideran friables y no friables:
Amianto friable
- Amianto en forma de polvo o fibras sueltas: Este tipo de amianto es fácilmente desmenuzable y puede convertirse en polvo con una presión manual. Por ejemplo, los materiales aislantes en forma de mantas o papel de amianto pueden ser considerados friables.
Amianto no friable:
- Amianto encapsulado: En este caso, las fibras de amianto están mezcladas o encapsuladas en un material sólido como cemento, yeso o plástico. Por ejemplo, el fibrocemento, que se utiliza en techos y revestimientos, es un tipo de amianto no friable porque las fibras están fuertemente unidas al cemento.
- Amianto unido a otros materiales: El amianto puede estar unido a otros materiales de manera que no sea fácilmente desprendible o que se convierta en polvo. Por ejemplo, el amianto utilizado en la fabricación de productos como frenos de automóviles o materiales de fricción se considera no friable porque las fibras están firmemente unidas a la matriz del material.
Es importante tener en cuenta que incluso el amianto no friable puede volverse friable si se daña o se deteriora con el tiempo. Por lo tanto, es esencial seguir los protocolos adecuados de manejo y seguridad al trabajar con cualquier tipo de amianto para prevenir la liberación de fibras peligrosas. Recuerda que quitar la uralita como particular no es una opción, has de recurrir a profesionales certificados.
¿Qué enfermedades puede provocar el amianto?
El amianto puede causar diversas enfermedades graves, especialmente cuando las fibras de amianto son inhaladas o ingeridas. A continuación te mostramos algunas de las enfermedades más comunes asociadas con el amianto:
- Mesotelioma: El mesotelioma es un tipo de cáncer agresivo que afecta las membranas que recubren ciertos órganos del cuerpo, como los pulmones, el abdomen o el corazón. La exposición al amianto es la principal causa de esta enfermedad. Las fibras de amianto inhaladas se acumulan en estas membranas, causando daño celular y eventualmente dando lugar al desarrollo del mesotelioma.
- Asbestosis: La asbestosis es una enfermedad pulmonar crónica causada por la inhalación prolongada de fibras de amianto. Las fibras de amianto ingresan a los pulmones y causan inflamación y cicatrización de los tejidos pulmonares. Con el tiempo, esto puede provocar una disminución de la función pulmonar, dificultad respiratoria, tos y opresión en el pecho.
- Cáncer de pulmón: La exposición al amianto también aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Las fibras de amianto inhaladas pueden causar cambios genéticos en las células pulmonares, lo que puede llevar al desarrollo de tumores cancerosos en los pulmones.
Cáncer de laringe y de otros órganos: Además del cáncer de pulmón, la exposición al amianto también ha sido vinculada a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de laringe, cáncer de ovario, cáncer de riñón y cáncer de esófago.
Es conveniente destacar que estas enfermedades pueden tener un largo período de latencia, lo que significa que pueden tardar décadas en desarrollarse después de la exposición al amianto.
Lugares más comunes donde encontramos el amianto
El amianto ha sido utilizado en una amplia gama de aplicaciones debido a sus propiedades únicas. Principalmente, ha sido utilizado en una variedad de materiales de construcción, como tejados de fibrocemento, tuberías, paneles de revestimiento, sistemas de calefacción y aislamientos. Esto se debe a las propiedades únicas del amianto, como su resistencia al calor, su durabilidad y su capacidad de aislamiento.
Legalidad del amianto
De acuerdo con la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, afirma que en todos los procesos de demolición se debe eliminar el amianto, y los ayuntamientos deben elaborar un registro de sitios con amianto para programar su retirada antes de 2028.
No se permite reparar el amianto; debe ser eliminado y reemplazado, aunque en circunstancias excepcionales se permite encapsular la uralita con amianto. Existen multas por retirar amianto que varían dependiendo de la gravedad de la infracción, y puede llevar a la paralización de las obras o incluso el cierre de la empresa. La legislación española sobre el amianto ha sido influenciada por las directivas de la Unión Europea.
Alternativas al amianto
Existen alternativas seguras al amianto utilizadas en diversas aplicaciones. Pasamos a mostrarlos a continuación:
- La fibra de vidrio para aislamiento térmico y acústico.
- La lana mineral para mejorar el aislamiento en techos y paredes.
- La fibra cerámica para aislamientos de alta temperatura.
- Polímeros y plásticos como sustitutos en productos y componentes, con propiedades similares de resistencia, durabilidad y aislamiento.
- La uralita sin amianto, también conocida como uralita ecológica, se fabrica utilizando otros materiales como fibras de vidrio o polímeros reforzados con fibra de vidrio. Esta alternativa ofrece características similares de resistencia y durabilidad, pero sin los riesgos para la salud asociados con el amianto.
Recuerda que la retirada de amianto debe ser llevada a cabo por empresas debidamente autorizadas para ello. En Global Amianto somos una empresa de referencia y autorizada en la retirada y gestión del amianto en Andalucía. Nuestros profesionales están altamente capacitados. Disponemos de equipos especializados que garantizan, además, una gestión segura y eficiente del amianto. Contacta con nosotros y recibe más información al respecto de nuestros servicios.